La gente desde temprano colma las graderías. Conforme pasan los minutos empieza a trepidar la emoción hasta que a lo lejos se escucha el bramar de los astados. Empiezan a correr febriles las apuestas y luego los jueces, impecables en su ajuar de fiesta, dan inicio a la batalla. Las moles se enfrascan en un fragor de cuernos, bufidos y arena. Los ojos iracundos de los toros reflejan la tensión del momento. Se embisten y resisten, hasta que alguno flaquea y corre. Los amos agotados de gritarles durante el combate abrazan a sus monumentales bestias y los calman con palabras cariñosas, hayan perdido o ganado. En el público, algunas miradas vidriosas delatan borracheras en ciernes, pero la alegría de los que acertaron en la apuesta y la frustración de los que perdieron se diluye en medio de una costumbre peculiarísima que convoca a miles de personas sin mucho aspaviento ni mucha red social. Este encuentro casi cotidiano se ha convertido en uno de los símbolos integradores de Arequipa. Los toros luego de la incruenta pelea vuelven a su redil a pastar plácidamente, tratados como verdaderas mascotas engreídas integrantes de familias de trabajadores de campo fuertes, dignos y orgullosos.
Phototrip les trae el relato de uno de estos festivales. Participaron en este espectacular trip: Edgar Zegarra, Verónica García, Angélica Mendoza, Jorge Bedregal, Natalia Zegarra.