La impresión al llegar a La Paz siempre quita el aliento. No por el aire delgado y luminoso que se siente a esa altura de vértigo, sino por el paisaje que de golpe se abre literalmente a los pies de los visitantes. Miles de edificios, casas y automóviles que ocupan las laderas de los cerros en caos colorido y maravilloso y como marco estremecedor, las alturas nevadas del Illimani, acariciando el cielo de un azul profundo y perturbador. La capital boliviana nos recibe con su dinámico y alegre concierto.
Hasta allí llegamos, felices como niños, recorriendo sus avenidas y deleitándonos con el canto del hablar de su gente, enredándonos en sus laberínticas callejuelas y saboreando los aromas y los colores tan familiares y a la vez tan peculiares. La riqueza y diversidad de nuestros amados Andes nos muestra un universo maravilloso que llenan nuestras memorias con calidez y cariño por una tierra que está tan cerca en la geografía de nuestra historia que nunca nos terminamos de sentir extranjeros. Con anfitriones de lujo y un ambiente de cariños sinceros, es que éste álbum tenía que resultar tan especial y entrañable.
En este trip internacional, participaron Angélica Mendoza, Verónica García, Reynaldo Bedoya y Jorge Bedregal. Queda la promesa de un pronto retorno. ¡Gracias eternas y completas a Edgar Rodríguez, Daniela Calderón y Héctor Rodríguez!, nuestros espléndidos guías que hicieron de esta corta e intensa visita un gran e inolvidable viaje.
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