San Francisco es una de las calles más patrimonio que tenemos. Espléndidos palacetes que nos traen a la memoria prosapias añosas, perspectivas de lujo en cada uno de sus extremos y una sensación muy fuerte de estar en uno de los corazones más latientes de nuestra ciudad. En algún momento se le llamó la “Calle de los Gallinazos” por la presencia sostenida de abogados de oscuros traje y conciencia que pululaban alrededor de los tribunales.
Cuentan también que en el edificio de la Prefectura y durante una guerra, funcionó el gobierno peruano, con senadores, diputados y sobones incluidos.
Hay historias de fantasmas y de aparecidos, de curas sin cabeza que se asoman entre las altas ventanas del Arzobispado, extraño edificio neogótico de sillar rojo.
Hoy es lugar de cafés que no venden café, de discotecas que no tienen tocadiscos, de restaurantes de toda raíz y de librerías surtidísimas. Es una de las calles más concurridas y, estamos seguros, más queridas de nuestra sufrida ciudad. Hoy, con veredas más anchas, la oferta del paseo se ha hecho más visitable y querible.
Participaron en este trip urbano: Verónica García, Enrique Durand, Reynaldo Bedoya , Jorge Bedregal , Andrea Lazo, Angélica Mendoza, Daniela Fernández y Diana Calle.